Consume hasta Morir

Para bien o para mal, estamos viviendo una etapa importantísima en el desarrollo de la historia. Un punto de inflexión, podríamos decir, que se marcará en el cambio de milenio, pero se extenderá también durante las primeras décadas de nuestro siglo. La llegada de Internet y las nuevas tecnologías, el miedo al terrorismo organizado tras el 11-S, la pandemia a nivel mundial de 2020… Todos estos sucesos están cambiando, de forma muy patente, la manera en la que nos enfrentamos a nuestro entorno. Están acelerando cambios que se llevan dando desde hace casi un siglo, pero que solo ahora han encontrado un impulso real para producirse de verdad. Movimientos por los derechos y la igualdad, opiniones políticas, orientaciones sexuales… Hoy por hoy todo se lleva a un nuevo nivel gracias a Internet y a la forma en la que la red nos ha conectado a todos. Y de esto solo hace un par de décadas, no más.

En los 90 Internet empezaba a desperezarse y ya mostraba su potencial, pero no fue hasta el cambio de siglo cuando la red se extendió por completo. Hoy por hoy todos podemos acceder a ella a través de nuestro terminal móvil, sea donde sea que estemos, para obtener información, chatear o incluso comprar cualquier cosa. Las tecnologías nos hacen la vida más cómoda y fácil, pero también pueden convertirse en un arma de doble filo. El reverso tenebroso de estos adelantos tecnológicos ha puesto al ser humano frente a un espejo abismal, y el reflejo tal vez no nos guste demasiado. Las trifulcas y el odio de las redes sociales son el ejemplo perfecto de cómo hemos utilizado mal estas tecnologías. Pero también hay partes tremendamente positivas. Desde esa miles de parejas que se han conocido por Internet hasta la facilidad con la que hoy encontramos solución a muchos problemas que hasta hace nada eran imposibles. El acceso a todo tipo de información y entretenimiento, teniendo todo el ocio a nuestra mano. Y también la expansión de nuestra mentalidad sexual gracias a todo lo que hoy conocemos y disfrutamos en Internet.

Prostitución 2.0, una realidad actual

Y no hablamos solo de pornografía. El consumo de sexo online ha aumentado de manera significativa, cada año, desde principios de este siglo. El salto que se dio en 2020 con la pandemia fue brutal, y la situación ahora se ha controlado un poco más. Sin embargo, ya todos conocen lo fácil que es encontrar porno en Internet, y también sexo, para disfrutar de algo más intenso. Muchas chicas ofrecen servicios sexuales online, como relaciones telemáticas a través de videollamadas o chats. No es algo nuevo precisamente, ya que en los 90 también existían los chats eróticos, pero en estos tiempos han vuelto a ponerse de moda gracias a que los adelantos tecnológicos sí que facilitan este tipo de servicios en la actualidad.

Esto ha llevado a los expertos a hablar de Prostitución 2.0, salvando el hecho de que estas chicas no ofrecen servicios físicos, sino solo online. ¿Es lo mismo tener sexo con un cliente que masturbarse delante de él a través de una webcam? Estos expertos no terminan de ponerse de acuerdo en la terminología, pero es evidente que hay un nuevo fenómeno que está desplegándose en la actualidad. La popularidad de las redes sociales y de plataformas como Onlyfans están ayudando a sexualizar mucho más la red. Es muy sencillo encontra a una de estas escorts virtuales, conociendo no solo sus tarifas sino también sus servicios, horarios de trabajo, etc… Internet ha roto por completo las barreras de espacio y tiempo, y ahora estás chicas ni siquiera tienen que salir de casa para llevar a cabo sus servicios.

La pandemia ha empujado el crecimiento

Como era de esperar, el 2020 fue el año en el que más sexo online se consumió en todo el mundo. No solo porque es una cifra que habitualmente va subiendo año a año, sino también por las circunstancias especiales del momento. La pandemia provocó que muchos países decretaran un estado de alarma, y confinaran por completo a su población. Esto hizo que, al quedar “encerrados”, los hombres tuvieran que acudir más comúnmente al sexo online. Bien porque no había opción de ver a sus parejas, o porque sencillamente tampoco podían acudir a un prostíbulo o quedar con una prostituta. Debían buscar una alternativa, y la encontraron en Internet, como no. Allí, las prostitutas virtuales hicieron su agosto a través de shows en directo, videollamadas personales, chats asrdientes…

Tipos de servicios que se ofrecen

Para alguien que no esté acostumbrado a este mundillo, comparar la prostitución tradicional con la virtual puede ser una auténtica locura. Los servicios online no tienen nada que ver con lo que una amante puede ofrecerte en vivo y en directo. Esto es obvio, pero salvando esa diferencia, una chica que sepa mostrarse segura y sensual ante la cámara puede provocar un placer muy intenso en los hombres que la ven. Y cuantos más servicios ofrezca, más tendremos la sensación de que estamos con una verdadera profesional. En otras circunstancias, sin poder tocarla, pero pudiendo verla y comunicarnos con ella desde la seguridad de nuestro hogar. Esto también es una ventaja que ha traído el sexo online, más seguro y discreto.

En cuanto a los servicios, todos online, el más completo seguramente sea la videollamada personal. A través de ella, la chica se pone en contacto con el cliente, por teléfono o por webcam, para hablar con él y pasar un rato solos. El cliente normalmente puede elegir lo que quiere que la chica haga. Desde desnudarse a masturbarse con un consolador, o meterse en un rol concreto. La videollamada dura un tiempo estipulado, que suele estar entre los 20 y 30 minutos, y su precio es bastante inferior al de un servicio sexual de la misma duración, por motivos obvios. También hay shows en directo para muchas personas, con un funcionamiento parecido, pero sin la ventaja de ser tan personal y exclusivo. Los chats eróticos se están poniendo igualmente muy de moda, gracias al sexting, la fórmula para disfrutar del placer con mensajes picantes. En muchas ocasiones, las profesionales también acompañan esos mensajes con fotos.

¿El fin de la prostitución tradicional?

Ante el enorme crecimiento de este tipo de servicios online, muchos incluso se han atrevido a augurar el fin de la prostitución tradicional. Un oficio que lleva con nosotros milenios, y que ha sobrevivido a guerras, hambrunas y todo tipo de catástrofes. Nosotros no pensamos que la prostitución tradicional vaya a desaparecer, siendo reemplazada por el sexo online. Es cierto que con el tiempo, seguramente las escorts que ofrecen servicios físicos sean cada vez menos. Pero Internet servirá igualmente como apoyo para que esas chicas sigan encontrar clientes a los que aportar el verdadero placer, más allá de la pantalla. La desconexión que parece producirse en estos últimos años, con la gente solo pegada a sus dispositivos, no será tan intensa en el mundo de la prostitución. Tocar la piel de otra persona, sentir su calor… eso no se puede replicar, al menos por ahora, por una máquina.